Garabatos #16 | Recuerda
A veces me pregunto por qué escribo y, aunque las respuestas suelen ser diversas, últimamente siempre hay una que se impone sobre las demás: para no olvidar.
A veces me pregunto por qué escribo y, aunque las respuestas suelen ser diversas, últimamente siempre hay una que se impone sobre las demás: para no olvidar. No sé si es un tema de estrés, de agotamiento o si está relacionado con un desajuste en la dosis que tomo para regular la función tiroidea, pero desde hace meses noto que tengo lagunas importantes. No me preocupo en exceso, porque entiendo que es algo temporal, pero soy consciente de ellas. Y esto me hace pensar en la importancia de la memoria. Y en que la mía nunca ha sido prodigiosa.
Escribo para pensar con calma y para recordar. Si no lo escribo o lo fotografío, siento que la memoria se volatiliza. Estos meses me pasa que los recuerdos, aunque sean importantes, aunque sean… recuerdos que siempre he recordado… se evaporan. Es como si estuviera desescribiendo mi historia. Como si mi historia se perdiera. Si no me recuerdo, me vacío. Y yo no quiero olvidar algunas vivencias. Quiero protegerlas. Quiero plasmarlas, que existan. Que la memoria se convierta en algo físico. En palabra. En papel. En pantalla.
Quiero recordar el milagro que fue que mi hija naciera y, por eso, lo he dejado escrito para su padre, para ella y para mí. Sus primeras palabras, sus estornudos de recién nacida, la manía de pellizcarme la mano para dormirse, su curiosidad, su sonrisa, mis ganas de comprenderla, de descubrirle el mundo, lo importante que me hace sentir. Lo afortunada que soy.
Quiero recordar lo que pienso, lo que sueño, esas epifanías que estallan ante mis ojos cuando menos las espero. Quiero recordar lo que aprendo, las películas que veo, tantos libros.
Quiero recordar a mis padres, a mi hermana. Mi único tatuaje lo hice cuando atravesaba una de mis últimas crisis vitales y mi única certeza era que adoraba a mi familia. No quiero olvidarme nunca de qué significa esa tinta en mi espalda. Ni de cómo te sientes cuando crees que tu vida no tiene sentido. Cuando te faltan retos.
Quiero recordar mis viajes. Pero no solo los lugares. No solo Costa Rica, Cabo Verde, Hong Kong, Cuba, Panamá… sino las sensaciones y a las personas. Esta semana encontré en mi Facebook a alguien que era una completa desconocida, hasta que tras varias indagaciones conseguí recordar quién era, de dónde venía y qué hacía en Nepal. Sentí algo parecido cuando en mi carpeta olvidada me topé con una entrevista que no recordaba haber hecho. A día de hoy, todavía dudo que la hiciera yo.
Quiero recordar las veces que he sufrido, todas las veces que no me he respetado, todas las humillaciones, cuando fallé o no supe pedir perdón. Porque creo que la vida es aprendizaje y porque espero que ese aprendizaje me ayude a educar a mi hija en su autocuidado.
En mis recuerdos encuentro valor, refugio, confianza, conocimiento, identidad, sentido, alegría, vida, aprendizaje, contexto, defensas. Y, porque quiero recordar, escribo, en parte, estas cartas. Son para ti, pero también para la Tamara que las leerá.
Espero que estés bien.
Un abrazo,
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Què bonita carta, Tamara. Leerte me recuerda que escribir es lo que quiero hacer todos los días aunque sienta que cada vez tengo menos palabras dentro. Mejor dicho, cada vez tengo más cosas (sentimientos, pensamientos, opiniones) que soy incapaz de explicar. A veces vivo conteniendo el impulso de expresarme porque las barreras mentales de una a veces son muy altas como para saltarlas. Pero leerte alivia los miedos y sirve de empujón para seguir leyendo y escribiendo. Un abrazo
❤️