Garabatos #21 | Maneras de ser escritor
Álvaro me llamó para decirme que esta semana comenzaba a moderar unas tertulias en la librería Crazy Mary, en Madrid.
Álvaro me llamó para decirme que esta semana comenzaba a moderar unas tertulias en la librería Crazy Mary1, en Madrid. “Tertulias, como las de antes”, me dijo, “en las que todos los asistentes conversan sobre un tema”. El primero de estos temas sería ‘Ser escritor en la vida’ y contaría con autores, editores y otras personas que se dedican a la divulgación de libros por redes sociales. “Podrías venir y hablar de tus cartas”, me sugirió. Su idea era que diera voz a esas otras maneras de difundir textos que tienen cierto afán literario y que utilizan soportes como blogs, newsletters, etcétera, pero que no tienen mayores pretensiones. Esto me hizo pensar en lo que significa ser escritor.
Muy a pesar de muchos, no existe una carrera universitaria ni un oficio que dé acceso al título de novelista, cuentista o ensayista, por ejemplo. Al igual que Julio Camba pensó en las maneras de ser periodista, ¿existen acaso maneras de ser escritor?
Podríamos decir que un escritor o una escritora es aquella persona que escribe libros. Pero conozco a más de uno que ha publicado no una sino varias obras, casi siempre por encargo, casi siempre ensayos, casi siempre privándose de horas de sueño porque las fechas de entrega apretaban demasiado; casi siempre sin dejar de asistir a sus puestos de trabajo, a veces a costa de sus vacaciones, con frecuencia -y aquí hablo, sobre todo, de periodistas- no redactando algo nuevo, sino dando forma a artículos que ya habían publicado… y no los llamaría “escritores”.
Podríamos decir que un escritor es aquel que escribe a diario en un cuaderno. Cada vez que empuña el bolígrafo se desangra en esas páginas. Vuelca todo lo que tiene dentro, escribe textos con mejor o peor gracia, pero sinceros. Y no sabe bien cómo, pero entre todas esas palabras siempre aparece una revelación, una idea que da sentido a todo lo escrito. Cierra el cuaderno sintiendo que se conoce un poco mejor. Y lo deja ahí hasta el día siguiente, cuando regresa para continuar escribiéndose. Yo no diría que este individuo fuera menos escritor que el anterior, aunque no difunda sus palabras.
¿Podríamos decir que si esta persona publica una selección de estos textos en una newsletter o en un blog es más escritor? Quizá, sí. O no. Pero mi sensación es que, para ganarse el título de escritor -o para no sentirse un impostor cuando uno se llama a sí mismo escritor- hay que publicar no uno, ni dos, sino varios libros. Y no vale cualquier tipo de libro. Escribir ficción es difícil, por eso, es más fácil identificar como escritor a alguien que firma novelas -que no cuentos y esto es injusto- que a una persona que redacta un manual sobre, qué se yo, productividad en el trabajo, matemáticas, yoga o impuestos.
Eres Escritor -así, en mayúsculas, como profesión, sin síndrome de impostor- cuando los demás empiezan a referirse a ti en estos términos. Cuando tienes una editorial gigante respaldando tu trabajo que, como contrapartida, te exige por contrato una exposición constante en prensa con decenas de entrevistas sobre tu último libro. ¿Cuántos miles de ejemplares has de vender para que se te considere Escritor? ¿Mil? ¿Dos mil? ¿Un millón? Y si el siguiente libro solo vende 200 copias, ¿se te quitaría el dichoso título? ¿No da todo esto una pereza tremenda?
…
Creo que, en realidad, todo es mucho más sencillo. Para mí, que no me considero escritora, pero me siento escritora, el éxito literario es poder sentarme y escribir con calma. Y que mi bio de Instagram diga lo que le dé la gana.
Un abrazo,
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📚 La lista de libros que quiero leer:
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“Vivir es crear”
-Stephan Zweig-
La librería Crazy Mary está en la calle de Echegaray, 32. Como no podía ser de otro modo, la regenta una tal María. Y no sé si María es alocada, pero sí es una estupenda conversadora.
Muy interesante reflexión, gracias :)
Personalmente, no me gusta establecer pautas para determinar quién es un escritor y quién no. Desde luego, no negaré a nadie que se autodenomine escritor la posibilidad de serlo, ni forzaré a nadie a que se considere escritor si no se siente así. Cuando hablo de mí, tengo claro que digo que “me gusta escribir” y que lo de ser escritor se me queda grandísimo.
Un apunte que me gustaría hacer. Hay novelas que valen mucho, y posiblemente en ellas encontremos los mejores ejemplos de excelencia. Pero también hay mucho ensayo que son auténticas maravillas del arte de escribir. No me refiero tanto a un manual de programación, sino a obras como The Age of Revolution, The Age of Capital y The Age of Empire de Hobsbawm. No es solo una recopilación de conocimiento, también es la estructura y la forma de ligar ideas desde una perspectiva genuina. Ahí percibo una grandeza creativa que puede estar a la altura de una buena novela.
El escritor, la escritora, el éxito, .....lo resumo en el placer de quien escribe y quien encuentra sentido a a esas líneas que reflejan ocurrencias o vivencias de quien decide plasmarlas. Tamara, en esta carta percibo frescura, hondura, sentido y pasión. Todo se cuantifica, todo se datifica( la RAE me tirará de las orejas), pero como el otro día escuché en un pod cast de MGA DE BOCA DE UN FILÓSOFO...."Todo está inventado ", y no me refiero a tecnología, me refiero a la esfera humana. El placer de escribir, de soltarse, de perderse, de dejar vagar la mente y contar sin miedos , complejos, ni tapujos, historias reales o ficticias, propias o ajenas. Ese, ese es un placer, que como un buen coñac, se disfruta reposado, en calma y saboreando cada instante. Tamara, eres escritora, eres persona, eres bolígrafo y papel, y todo en tí refleja lo que deseas volcar y compartir. Eres un lujo que compartes trozitos y retales de tu vida....como diría aquél...a contraluz...y con el placer que da saborear el camino y degustar lo que se expone. Gracias por todo, Tamara.